Valores: $0,75, $0,75.
Viñetas: Patio de Estancia Caroya. Capilla de Santa Catalina. Bordados siglas Universidad de Córdoba. Ángel, detalle del escudo de la Universidad de Córdoba. Dibujo de la Manzana Jesuítica, ciudad de Córdoba.
Emblema de la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, Capilla de La Candelaria. Cúpula de la iglesia de Alta Gracia. Espadaña de la capilla de Jesús María. Plano de la Manzana Jesuítica, ciudad de Córdoba.
Tirada: 326.400 sellos se-tenant con valor y 81.600 entrecintas sin valor..
Diseño: Ignacio Uriburu Quirno, para el Dpto. de Comunicación Visual.
Fotografía: Walter Bosque.
Formato: 88 x 34 mm (2 sellos).
Pliegos de: 20 ejemplares (8 sellos se-tenant y 4 entrecintas).
Dentado: 14.
Color: cuatro colores y tinta metalizada.
Papel: sin filigrana, sin fosforescencia.
Procedimiento: Offset.
Impresión: Letra Viva S.A., Buenos Aires.
Sobres Día de Emisión: 4000 ejemplares.
Día de Emisión: 11 de agosto de 2001.
Todos al cuidado de la herencia de todos
En la Conferencia General de 1972 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) se creó la Convención para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural Mundial; más de 150 países que se unen para preservar, proteger y restaurar los bienes inscriptos en la Lista del Patrimonio Mundial: propiedades únicas e irreemplazables para las actuales generaciones y las venideras. Con este establecimiento de un sistema efectivo y colectivo de protección del patrimonio cultural y el patrimonio natural de todo el planeta, se promueve la puesta en valor, el incremento y la difusión del conocimiento de la humanidad. Por patrimonio cultural, la Convención entiende monumentos y grupos de edificaciones de valor universal destacado para la historia, el arte o la ciencia; o lugares de interés universal desde el punto de vista estético, etnológico o antropológico y paisajes e itinerarios culturales. Por otra parte, el patrimonio natural incluye formaciones físicas o biológicas (o grupos de ellas) de valor estético o científico universal, los hábitat de especies animales o vegetales amenazadas de importancia destacada para la ciencia de la conservación o áreas naturales relevantes para la ciencia, la conservación o la belleza natural. Desde 1989, la mayoría de los países de la Unión Postal de las Américas, España y Portugal, emiten en forma conjunta, una serie anual, con una misma temática que este año estará dedicada a "Patrimonios de la humanidad declarados por la UNESCO". La emisión argentina tendrá como motivo la Manzana Jesuítica y el Camino de las Estancias Jesuíticas de la Provincia de Córdoba, incluidos en la lista del Patrimonio Cultural en el año 2000, dada su importancia histórica, espiritual y artística.
Manzana Jesuítica
Formada por la Iglesia de la Compañía de Jesús, la Universidad y el Colegio Monserrat
Tras varias décadas de labor evangelizadora y educativa en el continente americano, la Compañía de Jesús creó la Provincia Jesuítica del Paraguay (que abarcaba las gobernaciones de Chile, Paraguay y del Tucumán) y puso al frente al sacerdote Diego de Torres. Éste llegó a Córdoba en 1608 y se instaló allí dados su estratégica ubicación en medio de las tres gobernaciones.
Años más tarde, la Compañía de Jesús obtendría la convalidación de la Corona española y luego del Papado para otorgar títulos universitarios oficiales. Esto marcó el inicio de la Universidad Jesuític de Córdoba en 1622.
El Colegio Real Seminario Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat (actual Colegio Monserrat) se creó, luego de una serie de avatares, en 1687. En el sótano de este lugar se instaló la segunda imprenta que llegó al continente americano y que, luego de la expulsión de los jesuitas en 1767, fue trasladada a Buenos Aires. El Colegio Monserrat fue casa de estudios de muchos hombres decisivos para la historia argentina: Juan José Castelli, Juan José Paso, el Deán Gregorio Funes, Nicolás Avellaneda y José Figueroa Alcorta, entre otros. Entre 1644 y 1671 se construyeron la Iglesia y la Capilla Doméstica. Y, finalmente, en 1710 el Noviciado completó la serie de edificaciones.
Las Estancias Jesuíticas
Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia y La Candelaria
Progresivamente, gracias a sucesivas donaciones de territorios y a un gran conocimiento de administración, se fue estableciendo una serie de estancias en zonas aledañas a la actual capital de Córdoba, que contribuyeron a sostener y desarrollar esta estructura educativa.
Cuando los jesuitas fueron expulsados del Virreinato, la Junta de Temporalidades pasó a disponer de todas ellas para su remate.
Caroya, fundada en 1616, fue el primer establecimiento rural. Se constituyó en sostén del Colegio Monserrat y se usó como casa de vacaciones. Durante la época de las Guerras de la Independencia, su estratégica proximidad al Camino Real la convirtió en fábrica de armas blancas -sables y bayonetas- hasta 1816. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1941.
Jesús María estaba destinada al mantenimiento del Colegio Máximo y fue comprada en 1618. Especializada en la producción principalmente vitivinícola, allí se hizo el "lagrimilla de oro", el primer vino americano servido en las copas de los reyes en España. Durante todo el siglo XVIII, Jesús María alojó figuras de la talla de San Martín, Belgrano, Lavalle o Paz. Luego, cuando llegaron las vías del ferrocarril (hacia 1873), el entonces propietario de la finca mandó a trazar la planta urbana que hoy es la localidad de Jesús María. En 1941, la estancia fue declarada Monumento Histórico Nacional.
Santa Catalina pasó a manos de los jesuitas en 1622. La destinarían principalmente a financiar el Noviciado a partir de los telares, la herrería y la carpintería. La estancia fue adquirida en 1784 en subasta pública y aún continúa en manos de los descendientes del antiguo comprador. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1941.
Los jesuitas tomaron posesión de Alta Gracia a mediados del siglo XVII y la especializaron en la producción textil (el antiguo obraje alberga hoy el Colegio Técnico) y, al igual que el resto de las estancias, de ganado mular, fundamental para el transporte desde y hacia el Alto Perú. El tajamar -el embalse que aún puede verse en la edificación- constituía una reserva de agua e impulsaba el molino con el cual se producía harina y grano molido. Esta estancia, que perteneció a Santiago de Liniers entre otros propietarios, aloja hoy el Museo "Casa del Virrey Liniers".
En el Valle de Punilla se encuentra La Candelaria, propiedad jesuítica desde 1683. Su particular ubicación la favoreció particularmente para la ganadería mular: no sólo se criaba en altura sino que el clima más frío lo mantenía más sano. Como Alta Gracia, La Candelaria fue lugar de detención de los soldados capturados durante las invasiones inglesas. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1941. Bibliografía consultada:
Bibliografía consultada:
El Camino de las Estancias. VVAA, Córdoba, 2001. Presentación Gobierno Argentino ante la Comisión del Patrimonio Mundial, 1999.
UNESCO. Guía del Patrimonio de la Humanidad. España, Planeta de Agostini, 2000. www.cultura.gov.ar
Agradecimiento
Dirección Nacional de Patrimonio, Museos y Artes. Secretaría de Cultura y Medios de Comunicación.
Presidencia de la Nación.
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